martes, 15 de diciembre de 2009

Una noche inesperada

Una noche estábamos 4 amigas haciendo una pijamada, estábamos mirando unas películas de terror cuando se nos ocurrió ir al sótano.
Anteriormente la dueña de la casa nos había hablado que allí se aparecía un muerto y nosotras no le creimos, entonces se nos ocurrió jugar la botellita y la penitencia fue que entrara al sótano la que quedara......
La primera que quedó llevaba por nombre Maira y entro al sótano y nosotras muertas de la risa pero a la vez con un poco de miedo....... al pasar el rato se empezó a escuchar muchos ruidos que salian del sótano y un solo grito de espanto, lo llamamos así por que de verdad dio mucho miedo, y salio por la puerta una pulsera que le habíamos regalado al cumplir los 15.
Pensamos que ella estaba de broma, al esperar que ella saliera nos quedamos dormidas.. Al día siguiente no la encontramos por ningún lado y nos daba pánico entrar al sótano justamente los papas de ella estaban saliendo para la casa cuando los tuvimos que llamar urgente, se desesperaron y llamaron a la policía, la policía llego a la casa antes que ellos y se metieron al sótano con una lampara por que sabían que no había luz allí, fue cuando encontraron a nuestra amiga muerta y toda ensangrentada..
Cerraron el caso porque no encontraron una explicación de lo que pasó... después de 6 años llevamos el mismo remordimiento de lo que paso esa noche..!!!!

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Short Scary Story

There is an urban legend in my town of Kokomo, Indiana. We have many urban legends in fact, but there's one in particular. The story is set on Old Sycamore Road which an old road in the farmland, and open field area of my town. There's a small bridge off Old Sycamore Road that takes you onto another road, and it takes you to the next town. The story goes a man, or a boy fell off the bridge, and died once hitting their head on the rocks underneath the bridge, and if you were to drive on Old Sycamore Road at night, and you were to cross that bridge, then the "ghost" of the man, or boy appear next to your car once you pass the exact spot they had fallen from until you exit the bridge. My friends and I have tested this urban legend many times, and we have yet to see anything. We don't even know if anyone really died there, but true or false, it's an interesting, and eerie story, and visual.

sábado, 31 de octubre de 2009

La niña y su sepultura

Esta leyenda circula por mi pueblo desde hace mucho tiempo, cuando me la contaron no me la creí pero he investigado y todo parece inclinar si que es real.

victoria no quería irse de su antigua ciudad, pero no tenía mas remedio, su padre había sido expulsado del trabajo y tuvieron que irse a vivir a una casa que habían heredado, en medio de un pueblo casi despoblado. quizá fuera por que victoria nunca había sido muy extrovertida, quizá por el hecho de que su familia que solo constaba de su padre y ella fuera pobre; los demás muchachos del pueblo se metían con ella y la engañaban.

ella siempre se quedaba e una esquina, llorando, recordando a su madre y a su antigua vida. una noche de halloween los chicos del barrio prepararon una mala pasada para ella. fueron a buscarla al rincón donde siempre estaba y le dijeron:

- no queremos miedicas en nuestro grupo. si quieres ir con nosotros debes pasar una prueba: tienes que pisar la tumba que hay al final del viejo cementerio, está en lo alto de una colina. además tienes que clavar este cuchillo en la lápida para que sepamos que has estado allí.

victoria aceptó y tomó la navaja.
temblando de miedo fue cruzando el cementerio esquivando las tumbas, en algunas se veían entre las grietas, trozos del cadáver, piel muerta y tensada que debajo solo tenía hueso. cada vez que sentía el impulso de volver pensaba: "así te aceptarán" y continuaba, muriendo en cada paso.

cuando llegó a la última de todas, subió a ella y temblando clavó el cuchillo. ya no tenía excusa para quedarse allí así que cogió impulso para salir corriendo. pero notó que algo la retenía.

dos horas después los niños del pueblo fueron al cementerio al ver que victoria no volvía y cuando llegaron a la última tumba se la encontraron tirada encima. tenía el vestido pillado con el cuchillo en la tumba. estaba muerta...de miedo.

miércoles, 28 de octubre de 2009

HALLOWEEN - OUIJA Y LETRAS PEQUEÑAS

Todo seguía según lo previsto en la víspera de Halloween. Inexplicablemente, había sido elegido por la dudosa fortuna para organizar la fiesta otro año más. Y la calificaba de tal modo porque sospechaba de mis tres íntimos amigos de toda la vida. Cuatro veces seguidas eran demasiadas. No es que me importara demasiado prepararlo todo, pero sentía que se burlaban de mí a mis espaldas. En esta ocasión, sería Dave Morris el que pasaría una noche terroríficamente divertida.Las farolas no se demoraron en Royal Street. En la calle, los más pequeños, disfrazados de seres de pesadilla, disfrutaban con gran júbilo de la mágica noche de los difuntos. Iban de puerta en puerta con el tradicional “Trick or Treat” llenándose los enormes bolsones de caramelos, pastas y chocolatinas. En las viviendas, las habitaciones estaban decoradas con precisión para crear ambiente, donde no faltaba la parafernalia habitual encumbrada por las tarántulas colgantes del techo, las brujas estampadas en las paredes y las inquietantes calabazas incandescentes de tétrica estampa. Mi madre y mi hermano habían salido con la vecina Morgan y no volverían hasta entrada la madrugada, por lo que nada ni nadie podría estropear mi broma sublimemente perpetrada.Por fin llegaron las once en punto. El timbre, manipulado para tan especial momento, sonó como si fuese un lobo aullando a la luna enlutada que honraba con su presencia. Me cercioré de que todo estaba dispuesto y abrí la puerta. Delante de mí, Joseph, vestido de espantapájaros, azotaba a Edward y a su hermano Jonathan con un ramal de paja, mientras éstos, de vampiros, rechazaban sus vaivenes con la mano y le despojaban de su otro brazo prefabricado. Después de pedirles que terminaran con sus jueguecitos de críos, eché la llave y pasamos al salón de bienvenida. Fue entonces cuando comencé a experimentar una sensación de cierta maldad en mí difícil de describir. Sus rostros, risueños y despreocupados, se tornaron serios y rígidos al verse sumergidos en una oscuridad espesa, débilmente atenuada con una docena de velas dispuestas en círculo sobre el mesón de caoba. Se miraron los unos a los otros como si no entendieran qué demonios significaba aquello, y Joseph, que solía ser la voz cantante del grupo, balbuceó:
–Da… Dave, esto da miedo de verdad, amigo, te has lucido con la presentación, pero no se ve bien con poca luz, será mejor que…
–¿Estoy oyendo bien? –le interrumpí–. Un espantapájaros… ¿espantado? Descuida. La luz es la adecuada para esta magnífica velada. Podéis sentaros en el sofá y comer algunos dulces de la calabaza, en la mesilla. Ahora vuelvo.
–Pero Dave, ¿no vamos a salir de casa en casa como siempre o…?
–Que no, Edward, esta vez nos divertiremos con un juego… especial. El que quiera marcharse ya sabe donde está la salida. Una vez iniciada la sesión no es recomendable dejarla a medias –fingí enfadarme mientras negaba con el dedo índice. Alejándome de los tres pobres asustados, subí las escaleras y entré en mi dormitorio. Me encaminé al armario y busqué entre la multitud de libros el juego mesa durante unos instantes. Ya en mis manos, regresé al salón mientras los chicos observaban absortos el programa Entrevista con el vampiro de Castle Royal. Entonces, aguándoles los minutos de relajación que se habían permitido, apagué el televisor y reclamé su atención entonando una carcajada malévola:
-Ouija. El juego conocido por todos donde un grupo de personas procura comunicarse con el más allá. El funcionamiento es claro: alentar la aparición de entidades espirituales por medio de preguntas concretas. Como reglas a tener en cuenta, dos: nunca se debe provocar a la entidad ni abandonar si el espíritu en cuestión no lo considera oportuno.Los semblantes incrédulos de mis amigos no lograron articular gesto. Atenazados, tal vez, por la influencia imperceptible del tablero místico invocador, se encontraban los tres en una pose demoledora, con piernas y brazos entrecruzados sin pestañear lo más mínimo, atentos a cada uno de mis movimientos mientras preparaba la escena. Situé la tabla en el centro del mesón, rodeada de las doces velas, y me senté en el sillón de terciopelo individual con reposabrazos para zurdos. Acto seguido, primero Joseph, y justo después Edward y Jonathan simultáneamente, se arrimaron para alcanzar a ver mejor.–Comencemos. Necesitamos concentrarnos para evocar espíritus. Para ello, nos cogeremos de las manos, cerraremos los ojos e intentaremos dejar la mente en blanco.
Tras considerar que la primera fase de sugestión a la que estaba sometiéndoles era suficiente, proseguí:
–Bien. Ahora, coloraremos nuestros dedos sobre el indicador e iniciaremos el contacto.
El tablero era clásico. Las letras, divididas en dos grupos arqueados, estaban custodiadas desde las esquinas por seres y astros antropomorfos. Tampoco faltaba la numeración del uno al nueve y el “good bye”.
Una de las velas se consumió por completo esculpiendo en sus cenizas una sugerente figura. Miré alternativamente a cada uno y luego me cercioré de si estaban preparados. Tras esto, decidí dar comienzo la sesión:
–¿Hay alguien ahí? ¡Habla para que podamos escuchar! –exclamé con vehemencia para imprimir más veracidad
Silencio sepulcral. Tanto era así que las palabras aún resonaban en mis tímpanos. Las llamas vibraron y Joseph soltó un chillido nervioso que asustó a los hermanos, ambos cariacontecidos. El ambiente, cargado de una tensión casi palpable, resultaba asfixiante por la respiración contenida de los tres, pendientes de que la tablilla indicadora reaccionase.
Aprovechando el estado de ensoñación en que estábamos inmersos, con movimiento sutil y calmado, desplacé el testigo hasta la consiguiente respuesta:
“S – I”
Edward se llevó la mano a la boca y los otros dos parecieron tragar saliva, con los brazos tiesos sin despegarlos de la tablilla. Mi leve sonrisa, que después recompuse por un gesto más acorde, mostraba la felicidad que seguro habían sentido ellos cuando hacían trampa en el sorteo de nombres, pero la mía era maquiavélica. Tal vez había descubierto un hobby; tal vez me gustaba infundir temor. Luchando por no revelar esa emoción cada vez más dominante, continué con la farsa:
–¿Eres un mensajero de Dios? ¿Un mensajero del Diablo?
Con una desatada rapidez sorprendiéndome a mí mismo, moví con habilidad hasta formar las palabras de ultratumba. El sonido al rasgar la madera macilenta era tan auténtico que me erizó el poco vello viviente en mi cara.
“S - O - Y - U - N - E - S - P - I - R - I - T - U - E - R - R - A - N - T – E”
–¿Eres bondadoso? –inquirió Jonathan de improviso de un salto, antes de que pudiera seguir con mi guión preestablecido.
En ese preciso momento, decidí avivar aún más la llama del miedo. Apesadumbrados por una oscuridad impregnada hasta los huesos, era la hora de los efectos paranormales. Actuando con la presteza del buen mago, accioné un botón bajo la mesa que removió la misma. El repiqueteo del testigo indicador sobre la ouija hizo que Joseph y Edward quitaran de inmediato sus dedos y separaran la mano de Jonathan, que todavía mantenía posada a merced de una profunda sugestión. Aquello me excitaba. Me sentía poderoso y todavía quería más. Por primera vez en mucho tiempo, no sentía remordimientos con ejercer de siervo del mal. La broma, la gran broma, estaba resultando tremendamente satisfactoria. Pero aún quedaba la traca final. La guinda estaba aún por llegar.
“N - U - N - C – A”
Enderecé las velas caídas e intenté calmar a los chicos, que dando palos de ciego, buscaban el interruptor como si fuese lo último en vida. Les dije que no podían abandonar, pero ellos hicieron caso omiso de mis advertencias.
–¡Vayámonos de aquí, es un espíritu maligno, es un demonio! –gritó Joseph desencajado y casi sin voz
–Jonh… Jonhatan, ¿dónde estás? ¡¿Dónde estás, Jonathan?! ¡Por Dios, dime algo…!
Aprovechando el desconcierto reinante e imposible de detener, aproveché para dar el toque maestro, a pesar de que me hubiera gustado alargar más el juego:
–Espíritu… ¡manifiéstate, manifiéstate!
El chasquido seco del pomo de la puerta de entrada paralizó el caos. Un chirrido infinito arañó la estancia, enmudeciéndonos. Bajo el dintel, la efímera silueta de una mujer apareció. Miraba con ojos tiernos a la nada; feliz, inocua. Probablemente, era lo más hermoso que había visto en mi vida. Joseph, Edward y Jonathan permanecían estáticos, casi catatónicos. Sin lugar a dudas, la aparición estelar a cargo de la tienda de bromas Halloween’s Jokes estaba siendo ejecutada con maestría. Los rostros pétreos de mis amigos bien valían una foto para recordarles sus trampas. Corrí al dormitorio y saqué del segundo cajón del escritorio la cámara instantánea. Una vez comprobado el carrete, salí disparado directo a por la captura que serviría como seguro por si querían devolvérmela en un futuro. Cuando llegué no había nadie. Ni rastro del actor ni de los chicos. En ese momento maldije mi tardanza.
A la mañana siguiente, de camino al Instituto, recibí la llamada de Edward. Su voz sonaba lejana. Intenté pegar el oído al auricular pero resultó en vano. Miré la batería y observé que estaba completa. Seguí intentando, aunque no hubo manera de conseguir discernir algo claro, así que no tuve más remedio que desistir. Giré por la calle Boulevar Street y luego atravesé el parque nacional. Los barrenderos se empleaban a fondo para recoger toda la basura de la noche.
Miré la hora. Iba bien de tiempo y decidí pasarme por la tienda para felicitar su gran labor; desde luego, se habían portado con la puesta en escena y el tablero trucado. Al doblar la esquina, me extrañé al ver que la tienda, a estas horas, aún estaba cerrada. Poco después un mensaje llegaría al móvil. Lo leí incrédulo y sin entender qué demonios significaba:
Gracias por prestar su servicio a Halloween’s Jokes. Las almas de sus víctimas pasarán reconocimiento antes de formar parte de la plantilla de entidades evocadas a través del tablero ouija, tal como usted, el firmante, estableció tras firmar el contrato.
Sinceramente, Linda Blair, directora de Halloween’s Jokes
Aún alucinado con aquello, saqué de la cartera la copia del contrato. Leí rápidamente de arriba abajo, incluida la letra pequeña. Aquello debía tratarse de una broma. Otra de las bromas genuinas de la tienda. No podía haber vendido las almas de mis tres amigos por no leer… la letra pequeña.

jueves, 22 de octubre de 2009

El aniversario

Esta historia me la contó una estudiante de catorce años en un arrebato de intimidad. El suceso lo vivieron sus padres, a los que llamaremos Angela y Martín (recuerdo sus nombres reales pero ya sabéis...)
Aquella noche Angela y Martín se acostaron como de costumbre. Martín se durmió rápidamente pero Angela tenía el sueño más flojo, de modo que cuando empezaron los arañazos ella los oyó y se puso alerta.
Lo primero que pensó al oir ruidos que no supo identificar debido al miedo, fue que habían entrado ladrones en la casa. Despertó a su marido sin abrir siquiera la luz y le pidió que escuchara y mirara a ver si había entrado alguien al hogar.
Martín se despertó, escuchó y dijo: "Son arañazos, será el perro".
Si apenas hacer movimiento encendieron la luz y vieron al animal dormido a los pies de la cama. No había sido él. Volvieron a apagar la luz pero esta vez se reanudaron los arañazos, y cada vez parecía más claro que se estaban haciendo en la puerta cerrada de la habitación.
Martín dijo en voz baja a Angela que igual era un ratón, y que si era así, lo pillaría, porque los ratones, al ver una luz, se quedaban inmóviles momentáneamente. Y lo hizo, pero la luz demostró que allí no había ratones. Despertaron al perro, que se puso nervioso.
Volvieron a hacer otra prueba y cada vez que apagaban la luz se escuchaban los rasguños sobre la madera de la puerta. Martín decidió abrir la luz y levantarse y, con bastante miedo, según confesaría, se dirigió a la puerta, la abrió y miró ceñudamente a ambos lados. Nada.
Se dirigió hacia la cocina con Angela siguiendo sus pasos. Pensaban en los niños, no querían que se despertaran e intentaron caminar en silencio.
Al llegar a la cocina Angela tuvo un pálpito.
- ¿Qué día es hoy, Martín?
Martín le dijo la fecha exacta.
- Es el aniversario de la muerte de mi madre!. -Exclamó ella.
Angela encendió una vela y rezó y prometió a su madre que por aquel olvido le haría una misa especial para ella. El resto de la noche no se escuchó ni un rasguño más.

Salvaje asesinato

Hace unos años en el pueblo de La Eliana, Valencia, una mujer pasaba unas horas en casa de unos amigos a los que tenía especial cariño por lo amables y atentos que eran. Los conocía desde no hacía mucho tiempo y estaba en esa fase en la que quieres pasar mucho tiempo con las nuevas amistades. Generalmente las horas se pasaban tan rápido que la mujer a veces se quedaba a cenar con ellos, previa llamada telefónica a su casa para avisar que le habían invitado y que la esperaran un rato más tarde. Aquellos días eran de auténtico relax, disfrute y mucha amistad.
Un día entre semana, en compañía de aquellos amigos, miró el reloj y dijo que se iba a marchar un momento a recoger a su hija al tren pero que luego volvería para pasar un rato más con ellos. Cogió su coche y se marchó a la estación del tren.
Su hija, llamémosle A., había llegado apenas tres minutos antes y al ver que no había nadie para recogerla se le ocurrió pedirle a un amigo que vio en la estación que la acercara a casa. Los coches debieron cruzarse y la madre llegó a la estación. ¿Por qué se quedó esperando al próximo tren? no lo sabe ni la propia madre. Podía perfectamente haber regresado a casa de sus amigos o a su propia casa para verificar que su hija había perdido el tren, pero en vez de esto se quedó en la estación, dentro de su propio coche... esperando.
Y esperó tanto que cuando llegó el siguiente tren y vio que la hija no bajaba de éste, arrancó el coche y se marchó, pero MIRÓ EL RELOJ y decidió que por esta noche se iría directamente a casa. Mañana ya volvería a disfrutar de sus amigos.
En casa se encontraron madre e hija. La madre le confesó a su hija que de no haber quedado con ella en el tren o, más aún, de no haber esperado al siguiente tren, seguramente aquella noche la pasaría cenando en casa de tan interesante matrimonio. No lo dijo enfadada, mañana podría verlos otra vez.
Al día siguiente la hija, su hermana y el padre de ambas cogieron el coche para marcharse a la capital a trabajar. Justo cuando salían sonó el teléfono que cogió la madre y no les dejó marcharse. "Era la hermana de xxxx (su amiga, la señora del matrimonio), dice que está preocupada porque no cogen el teléfono. Pasad por allí a ver si ha pasado algo y luego me llamáis para que le diga qué pasa".
Así, salieron de su casa y se dirigieron hacia la casa del matrimonio. El padre aparcó el coche, la hija A. bajó de este y vio la verja ENTREABIERTA. Dentro estaban los coches y parecía que todo iba bien. Al llegar a Valencia llamaron a la madre para decirle que daba la impresión de que estaban a punto de salir dado que la puerta ya estaba abierta, pero que no habían llamado.
Poco más tarde la mujer recibió de nuevo una nerviosa llamada telefónica de la hermana que no sabía nada. Por favor -le pidió- ve a ver qué pasa. Este matrimonio tenía que haber ido a recoger a la señora del teléfono al hospital, donde estaba ingresada desde hacía unos días, aquella misma mañana y no daba señales de vida.
La mujer, (madre de A) cogió su propio coche y se dirigió a la casa de sus amigos. Al llegar vio también la verja entreabierta y los coches dentro de la parcela particular. Entró llamándoles por su nombre de pila (que obviaré aquí por respeto) y llegó hasta la puerta de la casa. Aquella puerta también estaba abierta y mientras les llamaba en voz alta siguió entrando... hasta la cocina. No había nadie. Entonces giró la cabeza y sus ojos vieron algo que casi se negaron a creer. Al otro lado, en la habitación matrimonial, dos cuerpos yacían asesinados. Él, atado con cuerdas y la cabeza cortada al parecer con un hacha; ella, atada y con un pañuelo en la boca, parecía que se hubiesen ensañado con la mujer especialmente.
La mujer gritó hasta quedarse afónica "llamen a la policía" y así salió de la casa llorando y pidiendo ayuda. Cuando llegó la policía, uno de los oficiales que entró tuvo que salir a vomitar. Tras la investigación se le dijo una cosa muy importante a la madre de A. "quienes asesinaron a la pareja no querían testigos, de haber pasado aquella noche cenando con ellos hoy no estaría con vida".

Reflexionemos:
- Si A. hubiera esperado a su madre en la estación, ésta, tras dejar a su hija en su hogar hubiese vuelto a casa de sus amigos porque le sobraba tiempo.
- Si la madre hubiese ido a casa a comprobar si su hija estaba en casa, al estar ésta tan cerca de la de sus amigos, habría ido a cenar con ellos.
- Si la madre no se hubiese quedado a esperar al próximo tren -de modo que se le hiciera tarde-, se hubiera ido de nuevo a ver a sus amigos.

Según la investigación policial aquello pasó en la misma noche, no se forzaron las cerraduras, quienes entraron conocían a la pareja, y la madre de A. estaría muerta.

lunes, 19 de octubre de 2009

Visiones y premoniciones

Esta historia la vivieron Marjorie Tillotson y su hija Hellen, de 26 años.
Hellen vivía en un edificio de apartamentos al otro lado de la calle donde vivía Marjorie.
Una noche, Helen dormía profundamente cuando se despertó al escuchar fuertes voces. Era su madre que gritaba "¡Helen ¿estás ahí? ¡Déjame entrar!".
Helen se dirigió a la puerta y al abrir se encontró con su madre nerviosa. Marjorie quería saber por qué Helen había llamado a su puerta unos minutos antes.
Helen miró a su madre estupefacta. Ella no había salido, no había ido a casa de su madre, no había llamado a su puerta. Es más, se había acostado a las 11 de la noche y no despertó hasta ese momento.
Marjorie, alarmada, le dijo que aquello no era posible porque ella le había visto y había hablado con ella. Es más, según Marjorie, Helen le dijo que fuera inmediatamente a su casa sin hacer preguntas.
Entonces un estruendo las dejó atónitas y madre e hija corrieron para asomarse por la ventana: en la acera de enfrente, había había un escape de gas y como consecuencia había provocado una explosión en el edificio donde vivía Marjorie!.
Si en el primer caso Marjorie salvó la vida, aquí de nuevo hay un caso de premonición que... será mejor que leáis la historia:
El 20 de octubre de 1966, una niña galesa de 9 años llamada Eryl Mai Jones, le dijo a su mamá que había soñado que iba a la escuela y al llegar vio que el edificio desaparecía, que "una cosa negra la había aplastado". Al día siguiente fue a la escuela como de costumbre y... medio millón de toneladas de carbón de desecho se deslizaron sobre el pueblo minero matando a 139 personas, la mayoría niños, y entre ellos Eryl.

domingo, 18 de octubre de 2009

Mi madre nunca asesinó... pero mató

Esta historia es muy corta. Cuando mi madre era adolescente trabajaba en algo (no recuerdo en que).Un día llego tarde y la regañaron. Al charlar con su padre de eso dijo –Ah! Que se rompa un hueso!- Al siguiente día, el hombre, que era anciano, se cayó y se partió un hueso de la cadera. El padre le replico que no dijera esas cosas y mi mamá dijo –Ah! Ma si! Que le dé un ataque!- Al siguiente día, a el hombre le dio un ataque al corazón y murió. Mi mamá no se apartó de las posibilidades de que ella lo halla hecho al pedirlo, pero.. Ella es normal.. Ahora ya no dice esas cosas.. Intenten no bromear con eso.. No vaya a ser que les suceda lo mismo.Les digo, El titulo no es muy ingenioso. Y siendo sincera, mi madre mato. Es una forma de decir. Nunca incumplió una ley, ni siquiera las de transito.

sábado, 17 de octubre de 2009

El aniversario

Esta historia me la contó una estudiante de catorce años en un arrebato de intimidad. El suceso lo vivieron sus padres, a los que llamaremos Angela y Martín (recuerdo sus nombres reales pero ya sabéis...) Aquella noche Angela y Martín se acostaron como de costumbre. Martín se durmió rápidamente pero Angela tenía el sueño más flojo, de modo que cuando empezaron los arañazos ella los oyó y se puso alerta. Lo primero que pensó al oir ruidos que no supo identificar debido al miedo, fue que habían entrado ladrones en la casa. Despertó a su marido sin abrir siquiera la luz y le pidió que escuchara y mirara a ver si había entrado alguien al hogar. Martín se despertó, escuchó y dijo: "Son arañazos, será el perro". Si apenas hacer movimiento encendieron la luz y vieron al animal dormido a los pies de la cama. No había sido él. Volvieron a apagar la luz pero esta vez se reanudaron los arañazos, y cada vez parecía más claro que se estaban haciendo en la puerta cerrada de la habitación. Martín dijo en voz baja a Angela que igual era un ratón, y que si era así, lo pillaría, porque los ratones, al ver una luz, se quedaban inmóviles momentáneamente. Y lo hizo, pero la luz demostró que allí no había ratones. Despertaron al perro, que se puso nervioso. Volvieron a hacer otra prueba y cada vez que apagaban la luz se escuchaban los rasguños sobre la madera de la puerta. Martín decidió abrir la luz y levantarse y, con bastante miedo, según confesaría, se dirigió a la puerta, la abrió y miró ceñudamente a ambos lados. Nada. Se dirigió hacia la cocina con Angela siguiendo sus pasos. Pensaban en los niños, no querían que se despertaran e intentaron caminar en silencio. Al llegar a la cocina Angela tuvo un pálpito. - ¿Qué día es hoy, Martín? Martín le dijo la fecha exacta. - Es el aniversario de la muerte de mi madre!. -Exclamó ella. Angela encendió una vela y rezó y prometió a su madre que por aquel olvido le haría una misa especial para ella. El resto de la noche no se escuchó ni un rasguño más.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mataos mutuamente

Esta es la historia de dos amigas que desde que tenían sólo nueve años jugaban con el tablero de la oui-ja. Cuando relató esta historia, tenía tan sólo 13 años, y el hecho había ocurrido hacía apenas unas semanas. Yo os relataré su historia... ojalá la protagonista lea esta historia y nos pueda dar más detalles.Las dos adolescentes entraron en una casa abandonada con el fin de invocar a algún espíritu, pero en esta ocasión, al contrario que las veces anteriores, en vez de venir un espíritu benigno, vino uno maligno.Aquel espíritu, mediante el tablero, les ordenó que hiciera lo que él les ordenaba o las mataría. Le preguntaron alucinadas qué quería. "Mataos mutuamente" fue su contestación. No dudaron en decirle que se fuera, pero el vaso se movía enérgico una y otra vez hacia el NO del tablero.Tras varias negativas rotundas, el vaso paró en seco y ellas se miraron preguntándose qué estaba ocurriendo. Entonces ocurrió. Al final de la escalera de aquella casa abandonada había un fantasma. Llegaron incluso a hacerle una fotografía. En aquel mismo momento escucharon un crujido y al girarse vieron que el vaso de cristal se había roto. Al mismo tiempo el fantasma desaparecía.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Alguien observando

A la chica protagonista de esta historia ya la conocéis, es aquella a la que hemos llamado Lorena.
Lorena solía pasar muchas horas sentadas frente a un libro o una máquina de escribir o unos folios porque le gustaba leer y escribir. Se metía en su habitación y pasaba allí el tiempo tratando de hacer algo productivo por simple placer.
En ocasiones notaba como si alguien le observase desde atrás. La sensación era tan fuerte que no podía evitar volverse, y allí solía estar su padre, en el umbral de la puerta, observándola en silencio con una sonrisa en el rostro, posiblemente orgulloso de ver a su hija tan entregada a algo.
- ¿Cuánto hace que estás ahí? -Le preguntaba.
- Un ratito. -Contestaba él.
Y así sucedió en muchas ocasiones. Lorena se acostumbró a saber que cuando notaba esa mirada en la nuca, insistente, invisible, detrás estaría su padre mirándola con cariño. Era bonito vivir una sensación así.
Un día escuchó su nombre.
- ¿Qué? -preguntó al tiempo que giraba el rostro.
Se asombró de ver que no había nadie, y entonces se preguntó si había escuchado una voz de hombre o de mujer y no supo contestarse. No le dio más importancia y siguió con sus quehaceres.
Volvió a ocurrirle, y esta vez notó que la voz estaba "pegada" a su oído. Quien hubiera dicho "Lorena" lo tenía que haber dicho en un susurro firme justo en su oreja. Pero no había nadie, estaba completamente sola en la habitación. Tampoco esta vez hubiera sabido concretar si se trataba de una voz femenina o masculina pero lo que sí tenía claro era que lo había oído lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus pensamientos.
Su padre murió. Alguien le dijo que aquella casa estaba llena de espíritus que desde hacía mucho tiempo esperaban la llegada de su padre, y más tarde tendría oportunidad para comprobar si aquello era cierto o no... pero esta es otra historia, no quiero desviarme.
Lorena estaba una tarde en su habitación cuando notó a su padre en el umbral de la puerta. Se giró porque sabía que estaba ahí, como siempre, y la sonrisa desapareció de su rostro cuando recordó que su padre ya no estaba. Sintió un escalofrío porque sabía que aquella sensación había sido tan vívida y tan fuerte como cuando el hombre estaba vivo, y no supo qué pensar.
De nuevo y durante un tiempo, siguió escuchando a alguien llamarle al oído y también la mirada clavada en la nuca, pero de nuevo y durante todo ese tiempo que duró, allí ya no había nadie.

martes, 13 de octubre de 2009

El tatarabuelo

Mi madre jura que esto que os voy a contar es cierto:Mi tatarabuela, venía arrastrando durante algún tiempo una horrible enfermedad que finalmente, y a pesar de su fortaleza, le logró arrebatar la vida después de un intenso coma de varios días. Mi tatarabuelo, se sintió vacío, ni sus creencias lograron mantenerle firme en sus convicciones. Después de 50 años de matrimonio, su verdadero amor le había sido arrebatado. Aquella mujer que miró una vez pareciendo que se conocieran desde siempre se había ido para siempre. Con sólo mirarse a los ojos era suficiente para saber que pasaba por la cabeza del otro.Después de que el médico pronunciara la palabra muerta, mi tatarabuelo insistía una y otra vez que no lo era. Tuvieron que apartarlo del cuerpo de su esposa para iniciar los preparativos de su entierro.Aquellos días fueron especialmente duros para la familia, especialmente para mi tatarabuelo, tuvieron que retrasar los preparativos hasta tener un lugar donde dar descanso al cuerpo en el cementerio, y mientras, para interrumpir la descomposición del cadáver tuvieron que drenar los fluidos corporales y así mantener el cuerpo materialmente fresco.Durante este desagradable proceso mi tatarabuelo protestó tan ferozmente que tuvieron que sedarlo y acostarlo en cama. Ese mismo día enterraron a su esposa.Aquella noche se despertó de una horrible pesadilla, la escalofriante visión en la que aparecía su mujer, histérica, tratando de salir del ataúd lo levantó de la cama. Llamó inmediatamente al médico y le pidió que el cuerpo de su esposa fuera exhumado inmediatamente. El médico se negó. Esta pesadilla perseguía noche tras noche a mi tatarabuelo, durante una semana sufría la misma visión.Por fin, y después de muchos ruegos, el médico cedió y juntamente con las autoridades locales exhumaron el cuerpo. Al abrir el ataúd, el horror se apoderó de todos los allí presentes. Los dedos de las manos de mi tatarabuela ya no tenían uñas, se las había arrancado intentando salir de la caja, en el interior de la tapa podían verse las marcas de los arañazos.Entonces creyeron a mi tatarabuelo. Tenía razón…

Martes 13

En las culturas de España, Grecia y los países de Latinoamérica, el martes 13 es considerado un día de mala suerte. Hay mucha gente con fobia a este día, que no viaja a ningún lado por superstición. La fobia a este día se llama Trezidavomartiofobia o Triscaidecafobia. Las connotaciones negativas que se le dan al martes 13 no tienen fundamentos científicos, por lo cual se debe tener muy claro que sólo se trata de un mito. Incluso hay mucha gente que lo ha tomado al revés, por lo cual dentro de sus creencias, lo consideran como un día de buena suerte. Tanto así, que durante ese día muchos apuestan por ese número en los juegos de azar. Las connotaciones aplicadas a este día son iguales a las del viernes 13 en las culturas anglosajonas o el viernes 17 en Italia. ¿Por qué el 13? Por su lado el número trece desde la antigüedad fue considerado como de mal augurio ya que en la Última Cena de Jesucristo, había doce apóstoles y el que murió, Jesucristo, fue el número 13. La Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis, su capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. También una leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte. ¿Por qué el Martes? Por su parte, la combinación con el día Martes tiene su origen a finales de la Edad Media. El martes 29 de mayo de 1453 cayó la ciudad de Constantinopla. Según parece, el papa y las Repúblicas de Venecia y Génova enviaron una flotilla de ayuda a la ciudad sitiada, pero ésta caería antes de que llegaran. Cuando la flota de socorro iba a entrar por el estrecho de los Dardanelos, se cruzaron con unos pocos barcos de refugiados que huían de la ciudad conquistada; al preguntar cuándo había caído, éstos respondieron que el Martes. La caída de Constantinopla supuso un profundo trauma para las potencias cristianas, y el día de su caída, el Martes, asociado además al dios de la guerra pagano, pasó a considerarse de mala suerte. Martes es una palabra que desciende del nombre del planeta Marte, que en la Edad Media lo llamaban "el pequeño maléfico" y que significa voluntad, energía, tensión y agresividad. Marte, ( o Ares según la mitología griega), es el dios de la guerra, por lo cual el día martes está regido por el planeta rojo, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Además, la leyenda dice que un día martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.

jueves, 8 de octubre de 2009

Dirección desconocida

Massachussetts, New York 2002:Mi doble era John Mirra, un asesino en serie que ya había dejado varias victimas en la ciudad de Negra York, vivía en un motel barato escondiendome de él.Mi esposa, Darline, estaba desaparecida, yo me llamo George, un hombre que tenía un trabajo hasta que me echaron, recibo una llamada de teléfono en el motel, que dice:"Hola George, tiempo sin vernos""Quién eres?"No me recuerdas?, una pista, John Mirra""Dejame en paz, Adiós"Sali y estaba solo por la carretera, ya era más de medianoche, ya eran las 1:32, sentía su sombra detrás de mi, frío, miedo y el se apoderaban de mi comenze a correr y cuando iba por la estación de trenes, en un teléfono público recibí una llamada."Diga""George, me tienen atrapada no puedo escapar""Darline, dónde te encuentras?""No lo se me sedaron antes de traerme, creo que en.........no, no!""Hola.....hola"Debo encontrarla, fui a un bar para relajarme y luego continuar con la búsqueda, de repente entraron 7 hombres vestidos de doctores y con agujas y dicen:"George, mejor corre"Lo que hago es salir del bar y empezar a correr de esos maniaticos, pero me rodean y uno de ellos me inyecta un sedante.Cuando despierto estoy en una camioneta encerrado y con una camiseta de fuerza, veo un lugar llamado Cisne Rosado, pero claro es el manicomio de la cuidad, dios que me harán.Me sedan otra vez y cuando despierto veo un doctor que dice:"Sufres de esquizofrenia por tu esposa""Hay que operarte"En eso el se me acerca con un taladro pero, la camisa de fuerza se desprende y salgo, le logro quitar el taladro y lo mato, luego escapo de ese loco manicomio con mi esposa que también estaba alli.Al salir, estas son las palabras de George:"Bueno, escapamos pero primero lo primero, acaso son tontos, recuerdan a John Mirra, y que al principio dije que era mi doble, lo dije ya que yo soy John Mirra, me cubro, acabe de asesinar a mi esposa, las sombras todo era yo, soy John Mirra.

La llamada

Domingo alrededor de las dos y media de la tarde. A Juan y Teresa se les presentaba un bonito día al levantar las persianas de salón de su casa baja, situada a las afueras de una ciudad mediana, cuando vieron aquel sol tan reluciente. La pareja había estado cenando con unos amigos la noche anterior y se habían levantado de la cama muy tarde. Teresa deambuló por la casa sin rumbo fijo hasta despabilarse un poco y fue entonces cuando su estómago dijo: ¡hambre!, ¡comer!Se dirigió a la nevera inmediatamente y enseguida vio algo precocinado y algunas sobras de la comida del sábado. Llamó a Juan, que estaba mirando la televisión en el saloncito, y le apremió a que viniera. Teresa cayó en la cuenta de que lo único que faltaba para aplacar su apetito era el pan, así es que mandó a su marido para comprarlo. Juan, a regañadientes, se puso el pantalón del chandal, una camiseta y su reloj y salió en su busca.Juan era un tipo alto, delgado, más bien desaliñado, con gafas y de unos treintaytantos. Caminaba calle abajo a velocidad de crucero (para cualquiera de los demás mortales a paso rápido) y ya llevaría unos diez minutos así, cuando se dio cuenta que no sabía, con las prisas de su salida, a ciencia cierta que tipo de barra y cuantas debía comprar. Así que pensó en llamar a su mujer y confirmarlo para no meter la pata ni en un solo detalle ya que llevaban una temporada en que las cosas entre ellos andaban un poco tensas y saltaban chispas por cualquier tontería.Juan, buscó inmediatamente en los dos únicos bolsillos que llevaba el chándal pero no llevaba el móvil, algo raro en el, ya que nunca se separaba del cacharro sobre todo por cuestiones de trabajo. El domingo, la juerga de la noche anterior y las prisas jugaron en su contra.Alzó la vista y a poca distancia vio la plaza cuasi circular en la que había unos bancos para sentarse a descansar, árboles y dos o tres personas deambulando por allí. Además vio una cabina telefónica. Inmediatamente pensó en llamar a Teresa para que le confirmara el tema.Metió la mano en su bolsillo derecho otra vez y saco su contenido: tres euros, lo cual era suficiente para el pan fuera cual fuese y también para la llamada.Se acercó a la puerta de la antigua cabina telefónica, abrió la perta y de repente, como surgiendo de la nada y a galope tendido, se introdujo, sin mas, en la misma un animal enorme que, inmediatamente se sentó como pudo pegado a el. Era una bestia de unos 50 kilos. Negro zaino y de una raza que identificó enseguida como un inconfundible Rottweiler. Justo al mismo tiempo, ante la estupefacción y sorpresa del hombre por el acontecimiento, la puerta de la cabina se cerró para siempre.Juan estaba desconcertado, pasaron unos tensos y angustiosos segundos y comenzó a reaccionar (o eso pensaba). Comenzó, como poseído a dar golpes a los cristales de la cabina, a gritar, a chillar…pero en rápidamente observó con pavor que no había ni un alma en la plazuela. Miró su reloj y eran las tres. Hora de comer y mas en domingo. Pero ¿y el dueño del perro? ¿De donde ha salido este animal? ¿Porqué ha entrado aquí?...estas cuestiones agobiantes pasaron en un segundo alrededor de su cabeza sin encontrar sentido ninguno ni respuesta alguna.Entre tanto, el perro se mostraba cada vez más inquieto e impaciente a medida que Juan se alteraba cada vez mas y mas, era como si contagiara al animal su nerviosismo y desesperación por triplicado, hasta el punto en que se irguió sobre sus patas y le lanzó una mirada amenazante o tal vez de idéntica desesperación y confusión a Juan, al tiempo que enseñaba sus tremendos colmillos. Esto causó pavor en el hombre, que ál tiempo de comprender en cierto modo el comportamiento del animal, decidió calmarse un poco e intentar reflexionar. Así el Rottweiler se fue relajando poco a poco, hasta que por fin retornó a su posición original.A los pocos segundos la lógica le indicó que introdujese la maldita moneda para llamar a su mujer. Pero no para consultar acerca del pan, sino para pedir ayuda. Marcó el número fijo de su casa porque no se acordaba del móvil de Teresa con los nervios y en pocos segundos esta contestó.¿Si? —dijo ella—¿Tere?, soy yo, soy yo (repitió), escúchame bien y no hables —contesto nervioso Juan— No te lo vas a creer, pero estoy atrapado en la cabina de la plaza, ¡no puedo salir! Y dentro tengo un perro enorme mirándome…Tere, no preguntes y llama a los bomberos, a la policía y a la perrera…¡corre por Dios!...no preguntes nada, ¡hazlo! —finalizó casi colgado ya el auricular—¡Estoy alucinando Juan!, ¿Estas bien?...¿Oye?...¿Juan? Había colgado el teléfono. Teresa, después de un momento de vacilación, no lo pensó más e hizo lo que su marido le dijo y exactamente por ese orden. Mientras, Juan, pegaba su cara contra el cristal de la cabina dando la espalda al animal, deseoso y desesperado por sentir la llegada de los bomberos. Se giró un cuarto de vuelta y miro al perro, el cual no le quitaba ojo, y le dijo pausadamente; —Tranquilo chico, pronto nos sacarán de aquí—. Ante lo cual el bicho pareció, tal vez, comprender en parte la angustiosa situación de impotencia por parte de ambos y agachó las orejas en señal de asentimiento.Pasaron 10 minutos de tensa espera y de repente el Rottweiler comenzó a inquietarse.Al principio era solo un ligero movimiento de cabeza y una inusitada atención dirigida hacia una dirección concreta. Instantes después se incorporó como pudo, casi aplastando a Juan contra el cristal y comenzó a gruñir y a ensenar sus incisivos mirando al hombre a los ojos. Juan no comprendía este cambio de actitud tan repentino y aparentemente violento del animal. El perro alzaba su enorme cabeza y estiraba sus orejas con el paso de los segundos. En un minuto Juan comenzó a escuchar una sirena, sin duda de los bomberos, aún en la lejanía. ¡Se trata de la maldita sirena! —masculló Juan para sus adentros!...¡que la apaguen por Dios! ¡O este perro…!—Aproximadamente 2 ó 3 calles después y en unas décimas de segundo, la bestia negra se levantó sobre sus patas y de un pequeño impulso se elevó sobre si mismo, mordiéndole con inusitada rabia y furia su delgado cuello. Jamás le soltó. Exactamente 3 minutos después llegaron los bomberos.

lunes, 1 de junio de 2009

El siniestro final de la abuela

Una familia normal y corriente decide, como tantas otras, marcharse de vacaciones en verano a un pequeño pueblecito perdido en la montaña (Huesca). Para no dejarla sola todo el mes, la familia se lleva a la abuela con ellos, que además desde que se quedó viuda está muy triste y a ver si con los nietos se anima un poco Todo transcurre sin problemas durante la mayor parte de la estancia: los niños disfrutando del aire libre, los padres de la tranquilidad y la abuelita de sus paseos a la puesta del sol; pero un mal día, a pocas fechas de la vuelta, la abuela no se levantó de la cama porque la pobre había pasado a mejor vida. Como enviar un coche funerario a recoger el cadáver a un pueblo perdido de la mano de Dios les iba a salir por un ojo de la cara, decidieron buscarse la vida para trasladar a la abuela de vuelta a la ciudad hasta su última morada. Por supuesto los niños no debían enterarse de nada hasta que no fuera el momento, así que en un principio pensaron en llevar a la pobre mujer en el asiento de detrás y decirles a los hijos que estaba durmiendo. Pero luego pensaron que al enterarse de la noticia, el hecho de haber viajado juento a su abuela fallecida podría provocarles un terrible trauma, así que ni cortos ni perezosos decidieron envolverla en unas mantas, subirla a la baca del coche y llevarla atada con unas cuerdas todo el viaje. A los niños les contaron que la abuela se había quedado a pasar el resto del verano con unas amigas nuevas que había hecho en el pueblo, así que no sospecharon nada en absoluto. Parecía que todo iba a salir sin mayores complicaciones hasta que tuvieron que parar en una gasolinera para echar gasolina, tomar unos refrescos y vaciar sus vejigas. El caso es que tardaron bastante en regresar al automóvil y se dan cuenta horrorizados de que ¡Les han robado a la abuela! Imaginad la cara de los incautos ladrones que, esperando encontrar el equipaje de la familia repleto de cosas de valor se encuentran con el "regalito". El susto tuvo que ser de los que hacen afición. Por supuesto la policía tuvo que tomar cartas en el asunto, porque la desaparición de un cadáver es un tema serio, y el asunto está ahora mismo en manos de los tribunales.

viernes, 29 de mayo de 2009

Muerte en el callejón

En la noche, sentada en la silla de mimbre, María Lugo, creyó Oír una moto, entonada y ruidosa corriendo en dirección al callejón. Aquel estruendo le hizo pensar en su propia suerte. Se levantó lentamente y entró en el cuarto. Y con un gesto firme, en el que se dejaba ver, sin embargo, cierto miedo, busco el arma en la gaveta. Aferrado en una moto gris, por el estrecho callejón diagonal a la avenida principal, avanzaba un sujeto en una frenética y ciega carrera. María Lugo, desde su portal, reconoció la silueta del enemigo. Se acomodo detrás de la puerta, aprontó el arma y fijo la mirada en el corazón insensible del verdugo. Moto y sujeto cruzaron la línea imaginaria del porche. Y María Lugo, que había aguardado desde siempre ese momento, disparó. La moto rodó por el pavimento, y el sujeto, con el pecho agujereado, abrió los brazos, se dobló sobre sí mismo y cayó a la acera mordiendo el polvo acumulado en la cuneta. La detonación interrumpió nuestras horas de siesta cotidianas, resonó la brisa cubriendo de zozobra nuestros corazones. Salimos a la calle y, se acercaban muchos curiosos, en semicírculo rodeamos a la victima. Mi compadre se desprendió del grupo, se despojó de la chaqueta, e inclinado sobre el cuerpo aún caliente de aquella otra victima, la volteó de cara al cielo. Entonces vimos, alumbrado por los reflejos ámbar de los postes de luz, el rostro sereno y sin vida de nuestra amiga María Lugo.

domingo, 17 de mayo de 2009

La visita de la muerte

UN HOMBRE ATORMENTADO TRAS HABER ASESINADO A SU MUJER RECIBE LA VISITA DE UNA EXTRAÑA DAMA.

"Tengo frio. ¿Dónde estoy? ¡No puedo moverme! Mis piernas y brazos... están... como entumecidos, gélidos. Se ha apoderado de mi ser. Una sensación de abandono. Como si una garra, me estuviera, sujetando. Todo el cuerpo. ! Ayuda... Por favor. Que alguien me ayude ¡!No... No está loco!! No sé lo que pasa. Socorro!!Hace como dos días, yo me encontraba en el despacho de mi casa, revisado unos papeles. La lluvia con ganas repicaba, en los cristales, de la ventana. ¡Que gozada, ver caer la lluvia! - me dije. Con el verano tan duro que hemos tenido.De repente me quede, helado. Una mujer, alta, esbelta avanzaba, entre la cortina de agua. Iba sin paraguas. Con la cabeza inclinada y las manos, en los bolsillos. Por un momento, pensé - ¿A donde ira una chica tan linda a estas horas? Con la que esta cayendo...Se fue acercando, cada ves más. Hasta que estuvo lo suficiente cerca, que le vi bien el rostro.- Pero.. ¡No puede ser: Es ella! ¡Ha vuelto! Maria.. Maria!! - grité como un loco. ¡Tú... Pero si estás.. ¿cómo es posible? Pero sí yo mismo...La mujer se para, casi toca con su cara, el cristal. Y en su rostro blanco inexpresivo, se dibuja una sonrisa, siniestra. Que dejaron al descubierto, una dentadura podrida. No pude más. Solté un grito horrible que me desgarró la garganta, y me desmaye. Cuando me desperté. Era noche cerrada. Decidí que tenia que asegurarme. No era posible, que Maria estuviese viva. Yo la mate. Con mis propias manos apreté su cuello. Luego la lleve a una finca. Donde pasamos los fines de semana. En le huerto, cave la fosa. Y tuve mucho cuidado de disimular, la tierra removida.En menos de una hora, ya estaba en la finca. Cuando me acerque al huerto. Un temblor, recorrió todo mi cuerpo. ! Dios mío, no puede ser, la fosa esta vacía. Como si Maria hubiera salido de ella ¡. Me entro un pánico terrible. Ya no sabia que hacer. De repente, una voz que me resulto familiar dijo. - ¡Antonio... ¿Por qué, Antonio..? ¿Por qué lo hiciste..? Dime Antonio... María... - Dije con tono desesperado. - ¡Tú no quisiste el divorcio. No me dejaste alternativa! Entonces ella se acercó, vestida como siempre. Pero el semblante de la cara. Era una palidez fantasmal. Los pies no le llegaban al suelo. Como si flotara. Me tendió los brazos. Diciéndome: Antonio, ven... abrázame por ultima vez. Como hipnotizado, avancé y me abracé. Como nunca. Hasta ahora lo había hecho. Nos dimos un beso, largo y apasionado. Poco a poco fui entrando en un sopor, que fue dejándome como medio dormido y ya no recuerdo nada más.Me encuentro en un lugar, lleno de barro. Y oscuro.- ¿Qué oigo? ¡Voces! ¡Alguien se acerca! ¿Vendrán a socorrerme?- ¡¡Oiga!! ¡Usted! ¿Qué hace ahí dentro? No ve que está dentro de una fosa, hombre de Dios?- Pero... ¡Entonces no estoy muerto..! ¡¡Por favor, ayúdeme a salir de aquí!!Una vez fuera, salí corriendo como un loco, gritando: !!María, te quiero!! ¡Vuelve a casa, María!!"

miércoles, 29 de abril de 2009

Línea de la muerte

Mi padre siempre fue obsesivo con su muerte, siempre que hablaba del tema comenzaba a meditar en como acomodaría las cosas en caso de morir.Siempre daba la imagen de ser muy entusiastas con estos temas, pero en su interior yo sabia que le tenía pavor a la muerte.Tal es así que hace ya algunos años había instalado un teléfono en la cripta de la familia.Realmente lo atormentaba el hecho de que lo diesen como muerto y despertar en su tumba. Había noches que hasta despertaba exaltado por sueños relacionados.Algunas veces lo había observado llorar sentado en la cama, pero yo simulaba no saberlo.Esto continuo así pasado los años.Yo me comprometí con un chico que conocí en la facultad y tuvimos un hijo. Separándome de mis padres comencé una vida, una familia que me hacia feliz.Hay dios... como lamento que mi padre no haya estado el día de mi boda, como lamento no haber hablado con el.Siguiendo lo que comentaba me había mudado con mi novio, todo marchaba estupendo, hasta el día que llamo mamá muy desesperada.¡Papá ha tenido un ataque al corazón¡ decía.Yo me sorprendí e intente calmar a mama de alguna forma. Realmente lo ocurrido me impacto mucho, me quito noches de sueño, días de armonía.Papá fue puesto en su respectiva cripta, la que el mismo había hecho construido, y así nos marchamos a casa. Después de esto en casa había un ámbito de mucha tensión. Mamá no paraba de llorar, esos días tuve que consolarla mucho... no podía permitirme verla así.Esto continúo por dos días, dado que en dos días aprendió a controlar sus emociones. Yo volví a casa con mi novio y la llamaba todas las tardes.Cinco días mas tarde trate de comunicarme con mama, pero la línea me daba ocupada, me extraño entonces... mama no era de realizar llamadas muy extensas, además desde la muerte de papa solo recibía mis llamadas.Procure no preocuparme demasiado, trate de pensar que todo estaría bien.Sin darme cuanta de lo que estaba haciendo me dirigí inconscientemente a casa en mi auto (llamo así al lugar donde me crié, la casa de mis padres).En el camino solo pensaba en mama, en lo extraño que parecía todo... en la rareza de lo que sucedía.Al llegar note que mi casa estaba como siempre, vacía, subí las escaleras y lo que vi entonces me dejo estupefacta.Mi madre estaba sentada en el sillón con el teléfono casi cayendo de sus manos, no respiraba. Estaba... estaba tiesa.Parecía no tener vida, y así era.Me acerqué y le toque el pulso: "estaba muerta".Lo demás no lo recuerdo, me desmayé al instante, para cuando desperté me encontraba en casa junto a mi novio.Pregunte por mama, quería saber si todo había sido una pesadilla. Lamentablemente no fue así, era la cruda verdad.Como imaginan hubo llantos y diferentes ataques emotivos en mi familia, cosa que tratare de no detallar.El día que fuimos a colocar a mama en la cripta familiar nos encontramos que el teléfono que papa había colocado se encontraba descolgado.Siguiendo el cable enrulado con la vista puede ver que el auricular se encontraba dentro del ataúd de mi padre.Realmente aquello impacto en mi, me ha dejado muy indefensa en el ámbito espiritual.Hace semanas que vengo teniendo llamadas recurrentes.No las atiendo, temo que la muerte llame a mi puerta.Aunque se que si estas leyendo esto he perdido, he accedido a su llamado.Me he resignado a morir.

lunes, 27 de abril de 2009

La maldición del anillo

En primer lugar deciros que esta historia es de una amiga llamada Eli, que es la que me ha contado ésta historia y que me gustaría compartir con vosotros, trata así:

Hace más de 100 años, en alguna ciudad de España, una chica de 21 años de edad, iba paseando, cuando de repente se encuentra un anillo de oro en el suelo. La chica no se lo pensó dos veces, lo cojió del suelo y se lo puso en el dedo corazón y de repente, salió de la nada un hombre gritando que le dijo:
-¡Has desatado una maldición que te perseguirá el resto de tu vida!
Y desapareció sin más.
Al día siguiente, a la chica le dio un infarto y murió. Cuando murió, el anillo desapareció.
Se cuenta que cada 15 de octubre, el anillo aparece el alguna calle de alguna ciudad de España y que una vez que lo cojas y te lo pongas, desatarás la maldición.

Eli.

viernes, 17 de abril de 2009

A Scary Story (by 2º c)

A continuación les publico una leyenda urbana que se cuenta en un pequeño pueblo llamado barbaño. La historia ha sido ampliada y traducida completamente en inglés por la clase de 2º de la E.S.O., del grupo C, y por la profesora Rosa Ramos que tiene también un blog:
http://rosa-englishblog.blogspot.com
Le doy las gracias a todos los que han colaborado en esta historia y a continuación os la presento.
No olvideis poner comentarios.

This story took place in Barbaño more than 50 years ago.
A boy and a girl were playing hide and seek in the forest.
The boy got lost and the girl looked for him desperately but she didn't find him.
His parents looked for him for a long time without results.
The boy was dead inside a tree, but they didn't find his body.
People say that every night at 00:00 you can listen to the boy crying inside the tree.

miércoles, 4 de marzo de 2009

El secreto de mi abuelo

Era una noche de fiesta y alegría en la casa de mis abuelos paternos en una zona del sur de perú rodeada por valles inmensos, chacras, haciendas y cerros hermosos, yo tenía en ese entonces 13 años de edad y al acabar la fiesta mi abuelo me empezó a platicar, ya muy pasado de copas, que si me gustaban los animales a lo cual respondí afirmativamente, y me dijo que me iba a mostrar algo que nunca iba a olvidar en toda mi vida yo no le entendía mucho pero años mas tarde lo comprendí. al día siguiente nos fuimos a eso de las 10 de la mañana a un lugar desconocido ya que mi abuelo me hizo caminar con los ojos vendados, caminamos por alrededor de una hora a mas, sentía frío y mi abuelo me cubrió con su manto. cuando llegamos entramos a una cueva y me descubrió los ojos, vi que tenía un bolsón hecho de piel de alpaca y lo que sacó del saco, fue algo que nunca olvidare y tal vez me lleguen a tildar de mentiroso e imaginativo, pero lo que vi fue la cabeza de un ser gigantesco con dientes que sobresalían de forma aterradora, mi abuelo me dijo que era un ser que supuestamente había desaparecido hacía miles de millones de años pero lo que mas me sorprendió fue que el olor que emanaba esa cabeza era la de un animal en descomposición que había sido muerto calculo yo en la actualidad con 2 semanas de anticipación, y que por casualidad de la vida mató de un disparo a la cabeza pensando que era un águila o cóndor de la puna y me dijo que no era el único que había visto en esa zona y que por el bienestar de ellos no me pudo enseñar el camino. hoy en día a 7 años de fallesido mi abuelo, la cabeza de ese animal se encuentra posada sobre un altar de la sala de mi abuela como mudo testigo de lo que alguna vez pudo ver en carne propia mi abuelo y que estoy seguro muchos darían lo que fuera por ver esos animales volar sobre la fas de la tierra otra vez.

martes, 3 de marzo de 2009

Historia

PRIMER DIA (sábado)
- ¡Tengan cuidado por favor! ... ¡Es lo que más les encargo!Alejandro caminando hacía atrás, moviendo las manos nervioso, les mostraba el camino a los de mudanzas para llegar hasta el lugar donde quedaría el piano, en la enorme sala de la planta baja.Esto fue lo último que bajaron del camión. Luego su esposa Raquel, sus hijos, la adolescente Claudia, y el pequeño Iván de 11 años, irrumpieron entonces en la desordenada casa. La observaron en silencio, era una enorme mansión colonial en el primer cuadro de la ciudad de Morelia, por supuesto mucho más de lo que necesitaban.- Es muy grande - habló por fin Raquel rompiendo el mutismo expectante- Es muy grande... En efecto - contestó Alejandro, y continuó - Realmente es muy barata la renta para su tamaño, tal como me lo dijo el agente de bienes raíces – - Una casa mucho más chica hubiera sido mejor... ¡Imagínate para el aseo! - Raquel hizo un rápido recorrido calculador con la vista, arriba y abajo de la mansión.- No te apures mujer, contrataremos quien se encargue de eso, por supuesto; por lo pronto, alegrémonos de haberla conseguido - sonrió Alejandro tratando de contagiar optimismo a la familia.- ¡Quiero ver mi recámara! - Gritó entonces Iván con entusiasmo.- ¡Nuestra recámara! - Corrigió Claudia.- ¡Claro! ... ¡Vamos a subir! -Alejandro se unió a propósito al naciente entusiasmo de sus hijos. - Afortunadamente ya están en orden, y la nuestra también - Sonreía exageradamente, en el fondo igual que su familia estaba sorprendido, nunca se imaginó cuando el agente le dijo el costo de la renta, que fuese tan grande, tan céntrica… Y tan sombría.Estaban a punto de subir la escalera con pasamanos de madera, cuando con toda claridad escucharon que en una de las recámaras, seguramente se rompió un espejo o vidrio grande. Fue tal el estrépito que Claudia dio un grito, el cual resonó en ecos por toda la casona, Iván instintivamente se recargó en su madre que lo abrazó, exclamando esta.- ¡Qué fue eso, Alejandro!?- ¡Tranquilos! ¡Tranquilos! ... Iré a ver... Seguramente un gato que se metió-A grandes zancadas, subiendo las escaleras de dos en dos, llegó a la segunda planta, los demás lo perdieron de vista. Después de un momento de expectante silencio, bajó cabizbajo y pensativo.- ¡Qué pasó papá! ¿Ahuyentaste al gato? - Le pregunto Claudia muy intrigada.Éste, con claro semblante de desconcierto, los vio a todos y con una tímida sonrisa les comentó...- No me lo van a creer, pero... No pasó nada... O sea... No hay ningún gato... No se quebró nada…- ¡Eso no es posible! ... ¡Fue un gran estruendo! Raquel como los demás no lo podían creer.- Vamos, suban... No pasa nada… Siempre hay una explicación para todo - Pensaba rápidamente que decirles, pues él mismo estaba intrigadísimo.- ¡Cuál es papá? El menor de la familia veía fijamente a su padre esperando la respuesta-- ¡Eh! ... pues verán... quizá fue en la casa vecina, y... y pareciera que fue aquí -- ¡Papá por favor! ... ¡Por supuesto que fue aquí! ... ¡Todos lo oímos claramente! El bello rostro de Claudia, con el ceño fruncido, rechazaba el argumento de su papá.- Bueno… Hay otra explicación - Alejandro titubeaba buscando aclarar aquello que desde luego, el mismo no entendía.- ¡Cuál Alejandro! ... ¡Cual por favor! Raquel su mujer, mostraba claros signos de inquietud.- ¡Tranquila Raquel! Tranquila… Se supone que tú y yo debemos guardar la calma en todo - Le hizo un discreto gesto señalando a sus hijos, y continuó.- He leído de autores dignos de crédito, que en algunos lugares y circunstancias especiales se conservan los sonidos, los cuales se manifiestan incluso años después, una especie de ecos retardados… - La explicación también, hasta para sí mismo, era lo único que se le ocurría.- Pues a mí no me convences, la casa está muy tétrica - Raquel miró hacia todos lados nerviosa.- ¡Son fantasmas, papi! ... ¡Vi una película de una mansión embrujada! - Iván no soltaba a su mamá - Desde luego que no es nada de eso Iván… No empecemos a imaginar cosas, porque entonces nos sugestionaremos - Alejandro pasó la mano por el pelo de su hijo. Enseguida comenzó a subir lentamente la escalera, volteó sonriente a verlos a todos, tratando de darles confianza para que lo imitaran. Por fin lo siguieron. Iván inmediatamente tras él, luego Claudia y atrás Raquel; en compacto grupo revisaron las dos recámaras amuebladas, todo estaba en orden tal como lo dijo Alejandro. En la enorme casona el silencio era casi total, sólo en la calle se escuchaban los apagados sonidos del tráfico disminuidos por los gruesos muros de la colonial construcción, que según el agente de bienes raíces databa del siglo XVIII. La tarde languidecía, por lo que decidieron bajar al comedor, cenarían cualquier cosa ligera y se irían a dormir, estaban cansados del viaje que habían hecho desde Guadalajara.Raquel preparó algunos sándwiches. Claudia e Iván fueron los primeros en comer uno cada uno con un vaso de leche, enseguida manifestaron el deseo de irse a su recámara, pero no sin que los acompañaran, pues sentían miedo. Raquel subió con ellos, los acomodó y los cobijó cariñosamente; casi inmediatamente se quedaron dormidos, los besó y regresó con Alejandro que tomaba un café, ella también se sirvió uno y encendió un cigarrillo, exhaló el humo y comentó.- Sería bueno que acomodáramos algunas cosas Alejandro, estoy un poco cansada, pero la verdad que no tengo sueño, no sé tú…- Por supuesto que estoy de acuerdo contigo, además que apenas son las nueve, podemos trabajar hasta la madrugada, continuar mañana domingo y dejar todo en orden. El lunes ya no podría ayudarte mucho pues, como tú sabes, tendré que presentarme a trabajar y tomar las riendas de la subgerencia del banco. Alejandro también había encendido un cigarro.- Pues entonces manos a la obra... ¿Qué te parece si comenzamos por acomodar bien el piano? Raquel se paró con entusiasmo.Alejandro la imitó y decididamente movieron el piano hasta el lugar que eligieron, siguiendo con otros muebles... En poco tiempo estaban completamente absortos, tanto que no sintieron pasar las horas... Cuando de pronto... Gritos alarmados de Iván y Claudia resonaron por toda la casona.Como impulsado por un resorte, Alejandro corrió hacia la segunda planta seguido por Raquel, abrió la puerta de golpe y entró a la habitación iluminada por la lámpara de mesita, encontró a sus hijos que abrazados no dejaban de gritar; rápidamente encendió la luz principal de las lámparas del techo, al tiempo que entraba Raquel muy angustiada.- Tranquilos! ... ¡Cálmense! ... ¿Qué les pasa? ... ¿Qué tienen? Alejandro los tomó por los hombros.Inmediatamente el pequeño Iván se refugió en sus brazos, y de igual forma Claudia en los de su madre.- ¡Tranquilos pequeños! ... ¿Por qué gritan? ... ¡Aquí estamos ya su mamá y su papá! ... ¡No hay nada que temer! Raquel sentía claramente cómo Claudia temblaba.Por fin, poco a poco se fueron calmando, entonces Claudia pudo decir… ¡Alguien estaba en la habitación mama! ... ¡Me jalaron el cobertor hasta destaparme! ... ¡Y a Iván también!Entonces repararon en que, efectivamente, los cobertores de ambas camas estaban en la alfombra, a los pies de las mismas. Observó también Alejandro, que la ventana del fondo permanecía abierta y el viento movía las cortinas. Se encaminó hacia ahí rápidamente tratando de encontrar el motivo de la alarma de sus hijos, pero, sólo vio el patio trasero y varias azoteas allá abajo, era imposible que nadie subiera o bajara por ese lugar.- Papi! ... ¡Quién sabe que me dijeron en los oídos! ... ¡Yo pensaba que estaba soñando! ... ¡Luego se empezó a mover el cobertor hacia mis pies! ... ¡Yo lo vi clarito! - Iván estaba muy impresionado.- ¡Papá! ...¡Mamá! ... ¡Por favor no se vayan! ... ¡O llévenos con ustedes a su recámara! - El miedo se reflejaba en el rostro de Claudia.- ¡Tranquilos muchachos, por favor! ... ¡Claro que se irán con nosotros a seguir durmiendo!- ¡Mamá! ... ¡Tengo mucho frío! - Iván temblaba.Entonces Raquel y Alejandro se percataron que, en efecto, el cuarto estaba sumamente helado... Una temperatura tan baja, desde luego era muy extraño.Alejandro salió cargando a Iván, tras ellos Raquel abrazaba por los hombros a Claudia, la soltó un momento para cerrar la puerta... Aprovechó para echar un último vistazo hacia el interior, todo parecía normal, salvo el frío que acá afuera ya no se sentía tanto. Llegaron a la recámara matrimonial, la aseguraron bien por dentro y se dispusieron a dormir. Alejandro se tiró a un costado de la cama en una colchoneta, con las tensiones del día enseguida se quedaron dormidos.En la madrugada, le pareció a Alejandro escuchar voces en la planta baja, pensó que estuvo soñando o quizá fuese en la calle, no hizo mayor caso y siguió durmiendo.

Continuará...

lunes, 2 de marzo de 2009

Un espectro

Mi padre era un sargento al mando de muchos soldados, debido a que tenía que inspirar respeto los trataba con mucha frialdad y sin piedad alguna cuando cometían alguna falta.Un día del 1992, un soldado quiso escaparse pero para su mala suerte lo capturaron, este soldado ya era conocido por ser muy débil mental y físicamente, ya que era la cuarta vez que intentaba escaparse mi padre no lo quiso castigar de manera normal, aprovechando que estaban en la sierra y todas las leyendas que se contaban sobre una casa llena de espectros... lo llevo a esa casa y le ordeno inspeccionar toda la casa y cuando estuviera al otro lado de un disparo, después regresase.Esto era una orden demasiado fácil para cualquiera, pero para ese pobre muchacho era demasiado.Entró en aquella extraña casa donde muchos dicen que ven fantasmas, mi padre estaba con algunos compañeros afuera esperando y burlándose del muchacho, de pronto se escucharon los gritos del pobre joven, disparos y más tarde el silencio. Sin perder un segundo mi padre y sus otros tres compañeros cargaron armas mientras entraban a la casa. Estos tres expertos, pensaron que eran terroristas pues en esa época existían varios grupos de estos, (Perú), entraron dispuestos a morir, la casa no tenia luz, solo mi padre tenia una linterna, no contaban con nada mas que eso, y sus balas 38 mm, lograron hallar al soldado ahorcado con una soga y el cuerpo lleno de arañazos, se quedaron quietos sin hacer ruido alguno para escuchar al enemigo, entonces mi padre escuchó quejidos, quejidos, pero del otro extremo de la casa, entonces comunico a sus colegas para ir juntos... no hubo respuesta. De nuevo les susurraba un poco alto para que lo escuchasen, no hubo respuesta, se arrastro hasta el lugar donde se suponía estaba uno de sus colegas y !sorpresa! ya no estaba, ni el ni el otro.Entonces pensó que lo habían dejado atrás, se dirigió mas al fondo de la casa, se acercaba mas a los quejidos, se escuchaban cada vez mas cerca, cuando abrió la puerta con violencia. Vio a sus amigos casi muertos, su cara ensangrentada.y se quejaban muy débilmente. De pronto sintió algo acercándose desde atrás, volteo y logro ver que este hombre, desnudo. Con los ojos desorbitados .!Estaba flotando!. Empezó a dispararle, vio que este ser se detenía un momento como si las balas lo frenaran, tenia piel (no podía ser que pudiera levitar) , cuando se le gastaron las balas hecho a correr , mas al fondo aun. Diviso una ventana y sin importar que hubiera afuera. Huyo por allí, cayó ileso pero hecho a correr. Lo último que pudo divisar fue a ese hombre. Levitando en el tejado, riendo . Burlándose de él, ahora en el 2006 mi padre se ha retirado de las fuerzas militares , fue ahí cuando me contó esta historia. Temblaba y tartamudeaba.Actualmente tengo 21 años y se que algún día tendré que visitar esa casa ...

jueves, 26 de febrero de 2009

El final de dragones y mazmorras

¿Recuerdan la vieja serie animada de "calabozos y dragones"? (dragones y mazmorras para españa)Si recuerdan se trataba un grupo de chicos que entran a un juego de feria y son transportados al mundo de calabozos y dragones, en donde encuentran a un enanito llamado el Amo del calabozo y a un terible villano llamado Venger.Esa serie fue muy famosa por crear empatía de los televidentes hacia los personajes de los chicos quienes en varias ocasiones entraban en la desesperación y terminaban en lagrimas al no poder regresar a casa.La serie duró tres temporadas de 1983 a 1986, pero fue sacada del aire antes de que tuviera un cápitulo final, incluso se contrató a un famoso guionista llamado Michael reaves...El episodio se debería de llamar Requiem y prometía ser apoteotico, sin embargo nunca se produjó...Rumores en internet circulan desde entonces diciendo que el verdadero final es que los niños en realidad estaban muertos desde el prmier episodio y están en el infierno. que el Amo del calabozo y Venger son en realidad el diablo en dos formas y que sólo juega con los sentimientos de los niños manteniendoles la esperanza de volver a casa, y el unicornio bebe Uni no es un demonio.¿tú que opinas?

El llanto del niño

Hace algunos años solía ir a caminar nocturnamente, cosa que me era de sumo agrado.El doctor me lo había recomendado ya que entonces era una persona obesa y mis problemas de salud solían ser grabes.Una noche como todas me encamine hacia la ruta (lugar por donde siempre transitaba). Ese día hacia bastante frió y lloviznaba de a ratos, yo llevaba entonces un piloto que mi mujer me había regalado.Seguí caminando y en la mitad del trayecto siento llantos… deduje que seria de algún bebé abandonado por lo que me acerqué hacia el sonido.Busque y busque hasta que al fin lo encontré, su cara era tierna, no parecía ser recién nacido.Lo mire y el me sonrió, luego recorrí con un vistazo el alrededor.Volví a mirarlo, el me sonrió nuevamente, salvo que esta vez su sonrisa era diabólica y sus ojos abrillantados… me miro un tiempo y lanzo algunas carcajadas espectrales, como si se burlara de mi.Yo quede impactado, lo volví a dejar en el suelo y empecé a correr.Solo me iluminaba la luna, corrí y corrí pero aunque me alejara las risas seguían taladrando mis oídos.Crucé la estación del pueblo y cuando volteé para mirar estaba parado detrás de mí. No se imaginan el terror que sentí en ese momento…Como les decía seguí corriendo hasta llegar a casa, cuando entre todo cesó.Esa noche nunca la olvidare… ya que ese niño perturba mi sueño cada noche.Hay veces que hasta siento como llora…El espera que alguien más lo vuelva a recoger.

miércoles, 25 de febrero de 2009

El pasillo

Eran las 4:30 de la madrugada, me levanté porque me sentía muy mal y ese malestar no me dejaba dormir. Seguidamente me tomo un vaso de agua en la cocina cuando de repente, escuché unos pasos extraños en el pasillo, se me hacia extraño ya que ninguno de los vecinos salía a trabajar a esa hora. Eché un vistazo por la mirilla de la puerta y no vi nada, confundida me fui a dormir.Cuando desperté a la mañana aun me seguía sintiendo mal, yo tenia el mal cuerpo de sentirme así cuando había una presencia maligna o si algo malo iba a pasar, entonces pensé "algo va a ocurrir..." me levante de la cama y salí al pasillo del edificio para ver si había algún rastro pero no había nada, en ese momento sentí una presencia que mi hizo sentir como si me aplastaran el pecho con fuerza, me metí corriendo a la casa y caí en el suelo, mientras recuperaba el aire que me faltaba. Yo sabía que algo rondaba ese pasillo y no era amistoso por lo que pude sentir, no le comenté nada a mi madre y mucho menos a mis hermanos de lo ocurrido. El lunes salí de mi casa para ir a la escuela, cuando llegue al ascensor y presione el botón sentí como si alguien respirada detrás de mi, me di vuelta y no había nadie... mientras bajaba sentía muchos escalofríos y demasiado miedo como para contarlo.Luego recordé que en el pasillo había un apartamento que nunca nadie lo habitó, solo hace 10 años vivía una anciana que estaba un poco mal de la cabeza, decía que hablaba con Dios y Satán pero nadie le hizo caso; ella tenia la rara costumbre de caminar en el pasillo por la tarde y la noche porque decía que el diablo la hacia recorrer su destino. Hubo un día que no la vimos en el pasillo, nos extrañó un poco pero no le dimos importancia. Pasaron 2 semanas y la anciana no se la volvió a ver mas, hasta que mi madre me mando a comprar pan para la cena pero en el instante que salí y pase por el apartamento de la anciana sentí un abominable hedor que me dabas ganas de vomitar. La puerta estaba entre abierta y me dispuse a entrar para ver la razón de ese hedor tan repugnante; cuando entre mis pupilas se dilataron, mi cuerpo se paralizo y mi mente quedo totalmente en blanco... la anciana estaba tirada en el piso en pleno estado de descomposición, rodeada de gusanos y su cuerpo estaba de un color marrón con verde oscuro. En ese preciso momento mi primera reacción fue tirar un grito tan fuerte que se escucho hasta el tercer piso. Tras dos horas llego la policía y la ambulancia, me atendieron ya que vi esa escena tan horrible a tan solo 4 años de edad. Desde ese momento tuve la habilidad de ver cosas que nadie ve, cosas que provienen del mas allá.... aunque eso no me alegra ya que muchas veces me lastiman y no las aguanto. Desde ese día se escucha caminar a la anciana por el pasillo, sus horrible gemidos y su macabra risa que te pone los pelos de punta, ella diambula por ese pasillo, maldiciendo a todos aquellos que no le hicieron caso y dicen que si te paras enfrente de su apartamento y dices "Noelia la demente" ella se te aparece atrás tuyo y nadie sabe lo que es capaz de hacerte.... yo fui la única que pude sentir el odio de esa anciana y aun lo hago... cada noche me levanto a la 4:30 (hora que supuestamente había muerto según los forenses) y escucho sus pasos, gemidos y risa macabra hasta que amanece...

martes, 24 de febrero de 2009

La posible verdad de McDonals

Un correo electrónico circulado en red, sorprendió a todos aquellos que lo recibieron. Considerado como un fraude, la historia de Kevin Archer de tres años de edad, puso en duda la reputación del restaurante de comida rápida McDonalds. Todo ocurrió cuando una mujer fue a almorzar a un McDonalds con su hijo para celebrar su cumpleaños. Después de comer, el niño fue a jugar a la piscina de pelotas y después de poco, el niño comenzó a llorar de la nada y cuando la madre preguntó, su hijo solo respondió “Mami, duele”. Cuando llegaron a casa, la mujer bañó a su hijo y entonces encontró una pequeña roncha en su nalga izquierda. Cuando vio bien, descubrió que había algo como una pequeña espina debajo de su piel. Muy extrañada, hizo una cita para que le extrajeran a su hijo aquella extraña espina, pero esa misma noche el niño comenzó a vomitar y convulsionar hasta que murió. Cuando realizaron la autopsia y le extrajeron la supuesta espina descubrieron que era la punta de una aguja hipodérmica que se había roto dentro y que el hijo de la mujer, había muerto de sobredosis de heroína.A la semana siguiente, la policía llegó al McDonalds donde todo comenzó y quitó todas las pelotas de la piscina en la zona de juegos. Lo que descubrieron, fue que todo estaba lleno de pañales sucios, jeringas hipodérmicas, comida podrida, dulces a medio comer y un fuerte y horrendo hedor a orina. Dicen que esto fue un fraude, una cadena inventada por alguna persona que simplemente no gustaba del McDonalds. A pesar de eso, es muy difícil saber la verdad, ya que simplemente demandar a éste restaurante significaría poner en riesgo su reputación y por lo tanto disminuir su público, sin contar que probablemente pudieran despedir a muchos de los trabajadores.A pesar de todo, aunque la historia de Kevin no haya salido en algún noticiero, muchas de las negligencias del McDonalds han sido publicadas, como vender café a temperaturas que un humano jamás podría ingerir y entregar alimentos que contengan cosas no deseadas dentro de ellos (como el caso de una broca de taladro en un sándwich). ¿Cuál es la verdad sobre Kevin Archer? ¿Una simple cadena o una historia secreta que oculta otra de las grandes negligencias de este restaurante de comida rápida?

El árbol de las niñas

Dicen que los que mueren teniendo asuntos pendientes, quedan atrapados como fantasmas.18 de septiembre de 1993, un día lluvioso empezaba en el pueblo de pozuelo de alarcón. dos niñas de 5 años son abandonadas debajo de un árbol, en un bosque, con una nota y algo de comida a su lado. se oían sus llantos llamando a su madre...<>. pasaron días hasta que la policía local las encontró, y las metió en un orfanato a unos 2 kilómetros del árbol. pero las niñas iban todos los días para gritarle a su madre que volviese, y nadie se molestó en buscar la nota.un día, un rayo cayó encima de otro de los árboles aplastando a las dos niñas. murieron en el acto, y el árbol dejó al descubierto la nota entre sus ramas.<>pero ya era demasiado tarde para que las niñas leyesen la nota. ahora, en ese bosque han construido una carretera, pero un par de filas de árboles sigue en pie. algún bravucón insolente ha tenido el valor de conducir por allí a las 4 de la mañana, hora en la que las niñas fueron abandonadas, y afirma haber visto a un par de niñas jugando con su madre... un par de años después, fue matado por un árbol caido por culpa de un rayo, en un día totalmente despejado... algunos afirman haber visto a la madre y a las niñas jugando también, y no están muertos... todavía.

domingo, 1 de febrero de 2009

El pozo de las cadenas

Cuentan en Tecate, un pueblo ubicado al final de la Rumorosa, que en tiempos de la revolución, allá por 1910, vivía un matrimonio sin hijos, personas pacíficas y trabajadoras. El señor cultivaba sus tierras, mientras su esposa se hacía cargo de la casa. En ese entonces no había mucha gente en los alrededores y los caminos eran sólo brechas secas que levantaban unas tolvaneras que dejaban ciego a cualquiera.Cierto día, unos hombres tenían mucha sed porque llevaban horas caminando bajo el sol que, antes como ahora, quemaba durísimo. Al ver al señor que trabajaba en su parcela, se acercaron.— ¡buenas tardes! —saludaron.— ¡buenas tardes! —Contestó el señor, dejando su labor y echándose aire con el sombrero—. ¿Qué les trae por acá?—Las ganas de encontrar buena fortuna —respondió uno de los hombres.—Vamos para Tijuana, ya atravesamos la rumorosa —dijo el otro.—pues todavía les queda mucho camino.—tenemos sed, ¿no tendrá un poco de agua que nos regale? —preguntó uno de los extraños.— ¡qué caray!, me acabo de tomar el último trago —respondió el campesino— pero si no tienen prisa, mi casa está cerca y tengo un pozo.—No, no tenemos prisa, vamos —dijeron los hombres.El señor se apresuró a levantar sus aparejos; estaba contento porque, como era raro que alguien pasara por el lugar, la visita de gente era una novedad y se aprovechaba para saber cosas de lejos. Así que sin desconfiar, llevó a los hombres hasta su casa; al llegar les presentó a su esposa y éstos saludaron quitándose el sombrero.Los hombres bebieron toda el agua que pudieron, comieron como si llevaran días sin probar alimento y platicaron largo rato. La tarde iba cayendo, los coyotes comenzaban a aullar, mientras la luna dejaba ver sus primeros rayos. Los hombres no dieron muestras de marcharse, se veía que estaban a gusto. Entonces el señor y su esposa, les prepararon un catre con ramas de cachanilla donde dormir. Muy avanzada la noche, un grito se escuchó haciendo eco a lo lejos...Nadie sabe qué ocurrió, pero cuentan que los extraños se pusieron de acuerdo para robarle al señor lo poco que tenía, y como se resistiera lo amarraron con unas cadenas y lo echaron al pozo. La luna fue la única testigo de aquel suceso; de su esposa, así como de los hombres, no volvió a saberse nada.Desde entonces, hay noches en que en el pozo se oye mucho ruido. Quien lo ha oído, dice que el muerto logra salir y arrastra sus cadenas mientras llora entristecido; dicen que vaga en busca de su esposa desaparecida y de los desalmados que lo mataron. La gente que pasa por ahí muy de mañana comenta que se pueden ver claramente, alrededor del pozo, las huellas de unos pies encadenados.

La casa matusita

Hace muchísimo tiempo en la casa matusita vivía un señor muy atroz, con él vivían sus dos sirvientes: la cocinera y el mayordomo. El señor abusaba de la bondad de estos sirvientes, los maltrataba, los insultaba..., después de mucho tiempo aguantando sus alevosías, los sirvientes completamente llenos de odio, deciden envenenar al señor. El señor tenía reciente una cena con invitados muy allegados, es ahí cuando los sirvientes deciden hacer una sabrosa sopa la cual llevaría a todos los invitados incluído al señor a la extrema locura. Cuando todos estaban sentados en la mesa, la cocinera ya había servido los platos con el líquido alucinógeno, a continuación el mayodormo sirvió la cena y al salir del salón cerró bien la puerta. Pasados unos 15 minutos, tiempo el cual ya habría hecho efecto el veneno, empezaron a escuchar gritos, insultos, objetos que se rompían, murmullos, y personas completamente aterradas. Después de un largo escándalo, vino un silencio sepulcral. Los sirvientes pensando que ya todo estaba más calmado decidieron abrir la puerta del comedor, y para su sorpresa al abrir la puerta vieron el más macabro panorama: miraban a su alrededor y veían sangre, pedazos de cuerpo, ojos, manos, órganos internos, charcos de sangre, algunas caras de los invitados mostraban terror otras odio, cabezas cortadas, era tan feo lo que veían que los mismos sirvientes se volvieron locos y se mataron en el mismo salón donde estaban el dueño y sus invitados. Se dice que desde ese suceso cerca de la casa se escuchan conversaciones, gritos, amenazas, tal cual pasó la noche de la masacre, y toda persona que ahí se acerca se vuelve loca reviviendo en directo los sucesos de aquella noche.