jueves, 31 de enero de 2008
Risas maléficas
Hace algunas horas me he levantado atormentado por una pesadilla, he encendido la luz y he recorrido cada rincón de la casa.La noche esta muy tranquila, a lo lejos solo oigo el cantar de los grillos.Me ubico en el sofá y medito sobre ese sueño morboso, intento hallar una imagen clara hasta que lo consigo.Cierro mis ojos y veo mejor las cosas. Una casa de campo a lo lejos, el trigo meneándose de un lado hacia el otro, un molino quieto y algunas montañas.Comienzo a caminar en dirección del viento, hacia la casa, me acerco cada vez mas y en cuento llego a la puerta dudo en golpear. Respiro hondo unas cuantas veces hasta que consigo dar golpes algo silenciosos, pero sin embargo siento que alguien toma el picaporte y lo jala una serie de veces. En mi cuerpo corre una electricidad que describiría como escalofrió pero no lo noto así, es mas bien como un calor que me quema la espalda, como un hierro caliente atravesándome.Vaya sorpresa al ver a la niña que me atiende, lleva hecha dos trenzas color ceniza y un sombrero de paja. No lleva ropa y deja notar su blanco cuerpo algo rasguñado.hola Ernesto dice con voz fina y clara.Miro hacia los costados porque su voz repica en el silencio y se transforma en un eco que va desapareciendo.¿estas sola aquí? pregunto tomando su mano.mami dice que debo estar sola, que le doy miedo<> <>¿hay alguien mas ahí dentro? señalo hacia adentro.De repente ella hecha a correr hacia el interior y comienza a llamarme:Erneeeesto, ven, vamos a jugarNo se que pensé entonces pero sentí que alguien tomaba mi mano y me comenzaba a arrastrar hacia adentro.Pude ver algunos candelabros colgando del techo, alfombras de buena calidad y unos cuantos retratos. Observando uno vi a esta niñita, con un vestido rojo junto a una señora.La casa me resultaba algo familiar, la atravesé en un instante y al salir por la puerta trasera vi tal escena que temblando describiré.De un poste colgaban tres sogas y de ellas una señora, un niñito y un hombre desnudo.De espalda a mi la niña los observaba y reía a carcajadas que me taladraban una y otra vez.Quede inmóvil, la niña giro sobre el lugar y dijo:te toca a ti, ErnestoRápidamente trate de despertar de tal horror pero por mas que lo intentaba no lo conseguía, la niña seguía riendo y yo duro de miedo sudaba sangre.Vuelvo a despertar precipitado y agitado noto que la casa del sueño era la misma que en la que hoy estoy pasando mi primer noche, será mejor que hable con los de la inmobiliaria.
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